
En artículos anteriores hemos mencionado la importancia de elegir calzado adecuado para evitar lesiones tanto articulares, como óseas.
En esta ocasión hablaremos de un problema que además de doloroso, resulta antiestético: Helomas Interdigitales, vulgarmente conocidos como “Ojos de gallo”.
Esta afección aqueja principalmente a mujeres, debido al tipo de zapatillas que usan, pero los hombres no están exentos de padecerla.
¿Qué son los helomas interdigitales?

Los helomas interdigitales son acumulaciones de capas queratósicas sobre prominencias óseas, desarrollándose entre los dedos de los pies.
Entre las causas más comunes están:
- Usar calzado con punta estrecha.
- Condiciones congénitas.
Cuando se usa un zapato muy ajustado o estrecho, éste ejerce presión sobre los dedos, deformándolos y causando fricción entre ellos.
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Las mujeres son más propensas en etapa adulta, ya que el uso continuo de zapatos de tacón promueve que el peso del cuerpo recaiga sobre el metatarso, que a su vez, este se encuentra deformado por la punta de los mismos.

En el caso de las afecciones congénitas, la clinodactalia es la más frecuente.
Es una deformación angular en los dedos que provoca que estos choquen o se superpongan a otros.
Sea cual sea la razón, el efecto es el mismo: al haber una dureza sobre una parte blanda, la naturaleza intentará proteger este área formando capas de resistencia. Es decir, acumulando callosidades.
Síntomas de los helomas interdigitales
El “ojo de gallo” se distingue por tener una forma redondeada.
Puede percibirse blanda o dura al tacto, y resulta un dolor agudo y punzante al calzarse, por la compresión que ejerce el zapato.
La piel erosionada, inflamada o húmeda alrededor de este, también es un indicador.
Es importante monitorear estas afecciones, ya que facilitan el desarrollo de infecciones bacterianas o por hongos.
Las ulceraciones también podrían aparecer debido a falta de cuidados podológicos.
Los helomas interdigitales también podrían confundirse con papiloma plantar, por lo que es muy importante que un podólogo sea el que revise y diagnostique el caso.
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Recomendaciones para evitar los helomas interdigitales

Llevar una buena higiene en los pies.
Para evitar infecciones, así como el desarrollo de hongos y bacterias, es importante que el calzado permita una adecuada transpiración.
Después del baño, es importante secarlos bien, de preferencia con una toalla de papel.
Usar calzado con una horma más ancha que el pie.
El uso de zapatos estrechos, comprime las falanges y promueve la fricción entre las protuberancias óseas. Esto desarrolla las callosidades.
Podría emplearse como apoyo adicional ortesis, es decir, plantillas y siliconas especializadas y elaboradas por un podólogo, que ayuden a disminuir la presión sobre los dedos.
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Evita los callicidas
El uso de químicos quema la piel, lo que puede provocar úlceras y desarrollar infecciones. En pacientes diabéticos esta condición es de especial cuidado, debido a que un mal tratamiento de estas úlceras, podría terminar incluso en una amputación.
Acude con un especialista.
Además de que proveerá un tratamiento y diagnóstico adecuados para cualquier afección de los pies (ya que cuenta con los conocimientos profesionales para ello), el podólogo hace uso de herramientas con los niveles de asepsia requeridos para realizar sus procedimientos.
Como podrás observar, algo que pareciera tan banal como lo es elegir un calzado, puede repercutir directamente en tu bienestar.
Si requieres más información sobre esta afección, o necesitas un diagnóstico, no dudes en consultar con uno de nuestros podólogos. Recuerda que experiencia y conocimiento nos respaldan.